lunes, 22 de septiembre de 2014

Viaje a la orilla

   Un lugar puede dejar de ser tan sólo eso: "un lugar",para convertirse entonces en El sitio de la cita.Puede que aquel día el mar tuviera ese olor a brisa única  y perfecta ,que suele sentirse en las playas de nuestro Caribe,lo cierto es que viajé hasta esa arena y aquellas palmeras nuestras sólo para lograr que este amor cambiara su estatus de virtual a la forma más tangible y tierna dejando mis huellas en tu piel.Dos días deberían ser suficientes para dejar constancia de un sentimiento nada efímero ,luego vendría el regreso a lo cotidiano ,pero ya las memorias permanecerían por siempre. 
  Las fotografías en la orilla ,a las aves,al pequeño barco pescador divisado a lo lejos,a los momentos pasados en el rústico mirador de madera ,donde aquellas niñas dejaron olvidadas sus sandalias .
 Todo parecía obra del destino y es que las cosas suceden por algo,buena concepción optimista que siempre llevo a cuestas ,en mis pensamientos y en mi viaje por la vida.
   Talvés  por tu sonrisa o por esa mirada que guardo en mi pupila como el mejor recuerdo de tus ojos ,es que te nombro en cada sueño,evocando aquella noche de brisa marina cubriéndonos el rostro y nuestros cuerpos unidos por el calor del encuentro .No parábamos de hablar ,de mirarnos ,y hasta algún baile improvisamos mientras la magia se apropiaba del tiempo .
   Sabíamos que a las pocas horas acabaría el hechizo ,un motivo para hacer de la intensidad ,la consigna del instante .Dos días o talvés menos ,pero definitivamente las horas mas tiernas de un viaje al horizonte ,allá donde yo que soy tu mar ,te abraza a ti,que eres mi orilla.